OffTopic 2017: Sobre el Amor Eterno

Amor Eterno.




¿Qué es lo que nos hace, como seres humanos, creer en el amor eterno? ¿Será lo mismo que motiva creer en qué existe algo después de la muerte, o creer en Dios, en las energías o en la ley de la atracción? Será otro intento desesperado para no sentirnos solos.

Probablemente más por cinismo que edad, se deriva un estado de total escepticismo, la idea del amor permanente se desvanece tras un historial contundente de experiencias que conllevan a una única conclusión, somos una suma de momentos y diversas compañías, detrás de la algarabía de esos momentos, estamos tan solos como lo estuvimos el día que nacimos. La naturaleza instintiva del ser humano prevalece sobre las normas sociales y los romanticismos inculcados.

Somos seres cambiantes, el yo de hoy no es el mismo que hace 20 años, ¿qué nos hace pensar que podremos amar a la misma persona y sus diferentes mutaciones por una vida eterna?, ¿por qué atrevernos a hacer un juramento que no sabemos con certeza que vamos a cumplir?

Nos enamoramos del ahora de alguien, el de hoy, pero cambiará, porque es parte de nuestra naturaleza cambiar, porque aprendemos, evolucionamos, crecemos, nos adaptamos al entorno. ¿Qué nos hace pensar que la persona que escogemos hoy, será la misma que queremos elegir en 10 o 15 años?, una idea cegada por el romance. 
Pragmáticamente no podemos decidir sobre lo que desconocemos, sin resignar en el camino el deseo, sucumbiendo ante el “deber ser”, obligados por la norma, negando el derecho a tomar una elección diaria.

Suena acaso una idea desgarradora: el amor eterno no existe, y sin embargo tanto podría llenarnos de optimismo, saber que no habrán cien mil mañanas para decir te amo a quién hoy amanece a mi lado, son contados los días, cada vez son menos, así que abrazo con más fuerza, quiero más, me apego a este instante en que lo siento, y aunque me apeno por el día en el que ya no nos sentiremos igual, en que nuestra sola presencia será una incomodidad para el otro, aprender a desprenderse es también un acto de amor, dejar ir y desear suerte al que se va.

No existe una sola persona, somos la persona adecuada para otro en un momento exacto, ese momento pasa y seremos la persona perfecta para alguien más, muchas veces perdemos ese instante, lo dejamos ir por aferrarnos al presente, por no prestar atención, por el juego entre el orgullo y la dignidad, y nos pasa por delante, y el que fue ya no será.

Te quiero a mi lado el tiempo finito que dure nuestro amor eterno, que ya no será un amor intenso, que será un amor calmo, un amor reconfortante, una amistad incondicional, pero el momento en que esa alegría se vea tentada te prefiero lejos, enamorándote de nuevo y viviendo lo que deba ser.

Te quiero más mientras sepa aprovechar la naturaleza temporal de este amor, que sea un año, unos meses, que dure hasta el viernes, pero el lunes me encuentre en tus brazos.

Es humano dejarnos llevar por la nostalgia y extrañar la comodidad de lo conocido. Pero no hay nada después de la muerte, se apaga la luz y todo acaba, nuestra consciencia no es más que el aliento de esta vida y se termina con el deceso del cuerpo, por ello no podemos dejar de vivir lo que tengamos que vivir, cada instancia es una aventura, no guardemos para el más allá los tesoros de ahora, se termina, se apaga, y no hay más.

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